En su escrito, la central sindical expone que tanto los usuarios de dichas instalaciones, así como los trabajadores que ejercen su labor de vigilancia y control en los accesos a los trenes, «soportan a diario elevadas concentraciones de humos resultantes del proceso de combustión de los motores diésel de las locomotoras». Una situación que definen de «preocupante» al tratarse de un espacio cerrado con ventilación «manifiestamente insuficiente», lo que denuncian ya está causando irritación de ojos y problemas respiratorios entre los usuarios y los trabajadores, «que son los que más tiempo están expuestos a estas concentraciones de gases».

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